Naarden, ¡una ciudad sacada de juego de tronos!

Hoy os hablamos de Naarden, una de las ciudades fortificadas mejor conservadas de Europa… ¡además de una de las poblaciones más bonitas del mundo vistas desde el aire!   

Introducción sobre Naarden

Situada unos 20 km al este de Ámsterdam, es una idílica ciudad de Holanda del Norte que parece sacada de Juego de Tronos. Y es que, precisamente, esta población tiene una larga historia en cuanto a batallas se refiere. La primera de ellas, de la que resultaron perdedores, tuvo lugar en el s. XIV y fue contra el mar. En ese momento, Naarden no se encontraba en el mismo lugar donde reposa actualmente y el avance del agua, cada vez más salvaje, en la bahía Zuiderzee amenazaba la ciudad. Por eso, alrededor de 1350, la ubicación cambió y se fundó la actual ciudad de Naarden. De hecho, el patrón original de la calle de la fortaleza se ha conservado en su totalidad hasta nuestros días. 

Guerras en Naarden

Guerra contra España

En el s. XVI, tras aliarse con el lado protestante durante la Guerra de los Ochenta Años, la ciudad recibió otra dura derrota: las tropas españolas dirigidas por Don Frederik, hijo del duque de Alba, avanzaron frente a las murallas medievales de la ciudad. Ante el temor de una posible represalia española en caso de seguir resistiendo más tiempo, los vecinos abrieron las puertas de la ciudad. Sin embargo, eso no evitó que los españoles llevaran a cabo la conocida masacre de Naarden. No solo eso, como represalia adicional y para cortar de raíz con posibles sentimientos rebeldes también fueron derribadas las murallas de la ciudad.

Recostrucción de la fortaleza

Si algo quedó claro después de esta derrota es que la defensa de Naarden debía mejorar. Así, tras la reconquista de la ciudad por parte de Guillermo III de Oranje, se decidió modernizar la fortaleza. El encargado de hacerlo fue Adriaan Dortsman, experto en este tipo de construcciones, que fue designado en 1676 como arquitecto y maestro de obras de la nueva defensa de la ciudad. Sin embargo, esta defensa nunca llegaría a completarse, y es que en 1681 una inspección reveló serios defectos en la obra. Se culpó de ello a Dortsman, pero realmente los defectos se debieron en gran parte al sabotaje llevado a cabo por orden del ayuntamiento de Ámsterdam, que veía la nueva fortaleza como una posible amenaza, más que como una protección.

Guerra contra Francia

Y como son las ironías de la historia, lo que en principio fue diseñado para repeler los ataques de los enemigos de Holanda acabó sirviendo a dichos enemigos para defenderse. Desde noviembre de 1813 hasta mayo de 1814, el ejército holandés llevó a cabo el asedio de Naarden, después de que el general francés Quétard de la Porte, que había tomado la fortaleza en 1795, se negara a ceder tras la capitulación de Napoleón Bonaparte. La fuerza francesa no se rindió, aunque se había visto rodeada, y continuó resistiendo obstinadamente; incluso después de que muchos soldados, principalmente holandeses al servicio de Francia, desertaran. Finalmente, la ciudad acabó rindiéndose tan solo después de la publicación del Tratado de Fontainebleau, en 1814. 

Últimos retoques

Los últimos retoques y ampliaciones a la fortificación se dieron a finales del siglo XIX, después de la guerra franco-prusiana de 1870. Estas ampliaciones consistieron en la construcción de una serie de barracones subterráneos en las gargantas de varios baluartes, un hospital e incluso una panadería a prueba de bombas en otro de los baluartes.

Qué ver en Naarden

Además de la fortificación, catalogada como monumento nacional, de Naarden podemos destacar también La Casa de los Españoles, uno de los últimos edificios medievales que quedan en la ciudad; la Puerta de Utrecht, construida en 1673; y la basílica gótica Grote Kerk, donde se guardan las reliquias de San Vito, el hijo de un senador pagano del s. III, que fue torturado por su propio padre cuando se convirtió al cristianismo. Esta última, es conocida hoy en día como lugar de peregrinaje para los cristianos.

Por último (¡y solo si tenéis el valor suficiente!), no podéis iros de la ciudad sin haber disfrutado de un paseo en barco por el foso o de haber subido en globo para poder admirar la ciudad desde las alturas… ¡Unas vistas que no olvidaréis fácilmente!

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